Los diseños concebidos y paridos desde nuestro taller, danzan en una nube de sueños, retazo tras retazo se van juntando uno con otro, hasta crear una composición mágica. Nada está programado pero tampoco librado al azár, en todo está puesto el amor y disposición...
Pensar en los diseños que han visto y seguiran viendo la luz, siendo engalanados todos éstos por las hermosas y mágicas mujeres que los portan me hace pensar en un trato silencioso, la ídea de que cada pedazo de tela pueda estar repartido entre varias de nosotras y asi, como una cadena, cada uno de ellos, nos conecta!
Hacemos parte de un maravilloso linaje milenario y mi manera de honrarlo es ésta, una humilde, modesta pero amada conexión, cada corte, cada pedazo, cada retazo tiene una historia, cada uno se comparte pero ninguno se repite. Esta es entonces una de mis maneras de agradecer al universo, la abuela y maestra Luna y a La Diosa, desde el arte y el trabajo por ésta herencia, esta maravillosa y mágica conexión que nos han heredado, a la que hay que honrar, sanar, levantar, acompañar, amar, consentir y así como se ha hecho desde siempre, trasmitir y enseñar.
Hacemos parte de un linaje milenario, ésa mágica conexión que nos hace hermanas; y éste es un camino para significarla y hacerla tangible de alguna manera, para que cada vez haga más presencia, para que cada vez palpite más dentro de nosotras.
Sonrisas y saludos hermanas y hermanos, gracias por pasarse por acá!
Alexandra Vega Rivera.